Todo el mundo sabe sobre la hospitalidad y amabilidad de la tía Cass, incluidos sus amigos. Una de ellas le pidió que cuidara de su hijo. La tía Cass, por supuesto, estuvo de acuerdo. Especialmente porque últimamente se ha sentido sola porque la dejaron sola en la casa con su gato. ¿Qué puede salirle mal a una mujer soltera de 33 años si despiertas sus instintos maternos y aún más olvidados en una situación en la que no lo hizo del todo bien?